lunes, 29 de julio de 2013
QUE TE DEN LO QUE NO PUDE DARTE (Saiz de Marco)
Ojalá que te vaya bonito y lo más bonito es la palabra bonito. Nosotros no decimos que te vaya bonito sino que te vaya bien, que te vaya estupendamente, un adverbio de modo, no el adjetivo bonito. Pero es mejor como lo dicen en México. Que te vaya bonito, eso es lo que deseo.
Que conozcas personas más buenas, que te den lo que no pude darte, sigue cantando Chavela o María Dolores (la canta mucha gente, debe ser que a todos conmueve). Pues eso: Que te den lo que no pude, ni supe, darte.
Que donde yo puse abandono, alguien te ofrezca cuidado.
Que donde yo actué con desdén, te muestre respeto.
Que donde yo me entregué a la rutina, renueve la ilusión.
Que donde yo puse frialdad, te dé ternura.
Que te haga compañía donde yo creé distancia.
Que en lugar de huir de tu tristeza -como hacía yo-, se quede a compartirla (tu tristeza y no sólo tu alegría).
Que en vez de decir “no te entiendo” -como yo hacía-, se ponga en tu lugar.
Que sume donde yo resté. Que encienda lo que oscurecí.
Y que yo lo vea. Que pueda verlo, y compararme, para saber cómo se hace. Para asumir que pude hacer más. Que pude hacerlo mejor y no lo hice. Que por egoísmo, o por desidia, o por pereza, no actué como pude actuar. Que no te di lo que te faltaba y pude darte.
Para entender que lo que decías necesitar no era una quimera. Que lo que me pedías no era utópico, sino posible. Que pudo existir, que pude hacerlo real. Y que, pudiéndotelo dar, no te lo di.
Para ver que alguien hace lo que dejé pendiente. Para ver que otro llena lo que quedó vacío.
(Para comprobar que así se hace. Para encararlo. Para sufrirlo.)
Subo el volumen, dejo que la canción me golpee, me vapulee. Ojalá que te vaya bonito. Ojalá que mi amor no te duela y te olvides de mí para siempre.
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